Acuarela Figura Humana 500 «El cuerpo del ángel»

100.000 + iva

Pintado para la colección personal de: Ángel Mayorga

Categorías: , , Etiquetas: ,

Descripción

El cuerpo del ángel

Lo vi pasar por las redes sociales como quien atraviesa un lienzo ya pintado. Su cuerpo, esculpido con una dedicación admirable, no era solo una forma física sino una declaración de voluntad. Un mapa tallado con esfuerzo, paciencia y propósito. Uno de los más asombrosos que he visto en mi vida. No sólo como hombre, sino como artista, como observador incansable de la belleza, como escritor que vive atento a los detalles que otros dejarían pasar.

Despertó en mí sensaciones profundas, de esas que nacen cuando el arte, el cuerpo y la intención se cruzan en un solo gesto. Quise pintarlo, sí, pero también narrarlo, rendirle homenaje desde la palabra y desde el color. No por deseo, sino por respeto. No por posesión, sino por contemplación. Como quien ve en la figura humana un vestigio de lo divino, de lo que trasciende el simple músculo y la piel.

Su torso lleva tatuajes que recuerdan a los antiguos símbolos maoríes de la lejana Nueva Zelanda. No sé si son réplicas fieles o una invención con resonancia ancestral, pero su presencia sobre la piel lo convierte en una especie de guerrero místico, de espíritu viajero que ha dejado que el arte lo marque desde fuera hacia adentro. Y hay, además, otro trazo más íntimo, más enigmático: un tatuaje que nace en el ombligo y se desliza suavemente hasta desaparecer en el borde del bañador. Como si dibujara, con tinta y piel, el caminito de la felicidad. Una línea que sugiere sin revelar, que convoca sin prometer, como hacen los verdaderos misterios.

No sé cuáles son sus prácticas, sus preferencias, sus gustos, si admira cuerpos como el suyo o si se inclina por lo opuesto. Pero nada de eso importa. Porque mi impulso de verlo, de escribirle, de pintarlo, no nace de la expectativa, sino del asombro. Del privilegio de haber cruzado, aunque sea brevemente, con alguien que encarna una visión, una forma de ser y de habitarse.

Se llama Ángel. Y no sé si su nombre lo eligió el destino, el azar o la ternura de alguien que lo vio nacer. Pero lo cierto es que hay algo de celestial en su figura. No esas alas clásicas y perfectas que pintan en los techos de las iglesias, no. Las suyas son invisibles, pero se intuyen en la postura, en la mirada, en la nobleza con la que se muestra. Si yo tuviera que describir el cuerpo de un ángel en una de mis historias, sería ese. Solo que aún sin las alas extendidas. Tal vez no las necesita, porque ya aprendió a volar de otra forma.

Valoraciones

No hay valoraciones aún.

Sé el primero en valorar “Acuarela Figura Humana 500 «El cuerpo del ángel»”

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *